En el siglo XVII, desde los círculos ilustrados, se esparce un cierto espíritu laico que, con el tiempo, conducirá a las primeras formulaciones del liberalismo político. Al mismo tiempo, la Ilustración también afecta a algunos círculos eclesiásticos y los hace promover formas de sociabilidad religiosa no fundamentadas en el seguidismo irracionalista, sino en asociaciones mutualistas o caritativas.

Cuando en 1742 L’Alcúdia recibió visita pastoral de uno de los personajes ilustrados de la clerecía valenciana, el arzobispo Mayoral, habían seis cofradías, instituciones asociativas seglares de carácter religioso, mutualista y caritativo, también proselitista. Una de ellas era la «DEMANDA DE NUESTRA SEÑORA DE LA SOLEDAD», que obtenía sus ingresos mediante la recogida de limosnas en un plato que poseía en la iglesia parroquial y los pagos que hacían sus socios, pagos efectuados con frutos en tiempo de cosechas.

Esta costumbre del pago con frutos puede ser indicativo de la antigüedad de la cofradía, ya que esa forma de pago es la que recogen las típicas formas feudales cuando se implantaron en el siglo XIII, y que irán desapareciendo en los siglos siguientes o mejor dicho, irán siendo sustituidas por los pagos en metálico.

Fuera como fuese, la cofradía de la Virgen de la Soledad del siglo dieciocho gastaba lo que recogía comprando cera para la procesión del Viernes Santo y celebrando, un día al año, el aniversario de los cofrades difuntos.

(Existe un testamento fechado el treinta de marzo de 1767 de un labrador de L’Alcúdia, Roc Gomis, donde dice textualmente:

«Mando y lego la vesta y el derecho que tengo de llevar a Nuestra Señora de la Soledad en las procesiones del Viernes Santo y el Domingo de Pascua a favor de Antonio Gomis, mi sobrino»

de donde se deduce que en tal fecha, ya existía esta cofradía, con vestas (trajes), y se procesionaba el Viernes Santo (procesión del Santo Entierro) y el Domingo de Pascua (procesión del Encuentro de Jesús Resucitado y María)

¿Qué fue de aquella cofradía del siglo dieciocho?  ¿Desapareció a raíz de la invasión de las tropas napoleónicas? ¿Desapareció con la revolución liberal burguesa consumada entre 1834 y 1843, revolución que inicia en España la secularización definitiva (aunque prolongada) de la sociedad?

Sabemos bien poco: de momento sólo podemos hacer algunas interferencias a partir de los avatares de la imagen de la Virgen de la Soledad que durante el siglo XVIII debió servir a los cofrades para sacarla en la procesión del Viernes Santo.

Dicha imagen se custodiaba en el Convento de Frailes Franciscanos Alcantarinos que había en L’Alcúdia. El convento fue desamortizado en el año 1835. Los frailes se marcharon. Las tierras y el edificio pasaron a manos del Estado, el cual se encargó de subastarlo todo. Las tierras fueron adquiridas tanto por la burguesía del pueblo como por algunos burgueses de la ciudad de Valencia y de otros madrileños que accedían así, a buen precio, a propiedades de consideración. El edificio fue comprado por el Ayuntamiento progresista alcudiano en 1842. Una parte de sus objetos de culto e imágenes pasaron a la iglesia parroquial; otros quedaron allí y el resto, por lo que parece, fueron adquiridos por algunos devotos alcudianos. La imagen de la Virgen de la Soledad debió permanecer allí durante un tiempo, hasta que fue adquirida por el vecino de L’Alcúdia Andreu Boix.

Convento Franciscanos Alcantarinos

El Ayuntamiento de 1842 quiso instalar en el antiguo convento una escuela municipal. Pero la idea se abandonó a partir de la irrupción de los moderados en el municipio entre 1843 y 1868, cuando volvió al Ayuntamiento una mayoría progresista y aparecieron los primeros regidores republicanos.

Fuera como fuese, el destino del ex-convento parecía dirigirse hacia un uso civil. Entonces se produjo el alzamiento carlista de la villa, L’Alcúdia fue asediada. Carlismo y clericalismo se confundían. cosa que favoreció que la sensibilidad anticlerical se agudizara en L’Alcúdia. La llegada de la I República (1873) contribuyó a fomentar el fenómeno. Las luchas entre el clericalismo y anticlericalismo, larvadas desde la revolución tenían su primer punto de inflexión a la alza. Perdurando todavía mucho tiempo. Fue entonces, en el año de 1873, cuando algunos vecinos de propensión clerical sacaron del convento algunas imágenes, más por la ruina que amenazaba el edificio que por la amenaza real que pudieran sufrir estas reliquias católicas.

Después del golpe de Estado de 1874 se sancionaba la oficialidad del catolicismo y se sacaron en procesión las imágenes rescatadas. Hasta finales del siglo XIX estas procesiones (como en los años 1843-68) tampoco debieron estar reguladas; no obstante, la imagen de la Virgen de la Soledad debió ser puntual a la cita del Viernes Santo.

A finales del siglo XIX y durante la primera década del XX nació el «furor procesional». En el año 1891 el Papa León XIII, mediante una encíclica, la Rerum Novarum, pidió a los católicos que no diesen la espalda a los asuntos sociolaborales, sindicales y políticos; y que manifestasen su presencia como católicos en todos los ámbitos de la sociedad.

La consecuencia de este estratégico giro del papado (hasta entonces había condenado el liberalismo y todo aquello que en los estados liberales-parlamentarios se libraba) fue el nacimiento de: Círculos, sindicatos, cooperativas… y nuevas cofradías de todo tipo. Las viejas procesiones del Viernes Santo, no regladas, adquieren orden y concierto, del Viernes Santo se pasa a la Semana Santa. Las cofradías se dotan de símbolos, banderas, vestidos, etc.

Los datos son muy significativos: la cofradía de la Virgen de la Soledad sale con la bandera actual desde el año 1895 y el año 1914 sus cofrades deciden salir de nuevo con trajes (vestas) negros.

En un principio tan sólo se contaba con cinco vestas negras que eran sorteadas todos los años entre trabajadores de Andreu Boix, cuatro eran los portadores de la imagen y la quinta para el abanderado.

Ahora, Oreto Serra Millo aun recuerda las características de estas primeras vestas: cuello blanco acabado con una randa y gorro o capuchón negro colgando a un lado con una cinta de terciopelo negro en la frente.

También recuerda el día de la destrucción de la imagen durante la guerra civil española; ésta tenía lugar en la iglesia y un acólito fue hasta casa de las hermanas Boix para avisarlas de que los republicanos iban a llevársela para destruirla junto a las demás imágenes del templo. Como no fue posible esconder la imagen, sí pudieron llevarse el vestido -que habían bordado en oro las hermanas, Maximina y Oreto Boix Marco, para sacarla en procesión de Semana Santa-, el escapulario, la bandera y el mástil de la bandera.

José Serra Millo, en bicicleta y por caminos rurales, tuvo que hacer tres viajes hasta su casa de Algemesí, para ponerlo en lugar seguro.

La nueva imagen esta datada hacia el año 1940 y es obra del escultor  imaginero valenciano José Casanova.

La preocupación de las vecinas, Sara Arnandis Alonso y Cándida Millo, fue que el vestido que las hermanas Boix habían bordado con tanta abnegación para la Virgen de la Soledad, fuera para esta nueva imagen (propiedad de la familia Boix – Marco), y con este propósito hicieron tres viajes, junto al párroco de L’Alcúdia hasta la ciudad de Valencia para ir haciéndole pruebas, y aun así, cuando el escultor Casanova la trajo a L’Alcúdia, el vestido no le fue a medida. Pero el disgusto fue pronto solucionado cuando José Boix Amat, les ofreció un vestido de terciopelo que tenía su mujer, y aun ahora, es el que viste la imagen en su altar de la iglesia (altar compartido con la imagen del Santísimo Cristo de la Fe).

Estas alcudianas, junto a sus maridos y otros cofrades, decidieron que las vestas fueran para todos los cofrades, y con ese propósito, se fueron a Alzira, en el año 1946, para ver a los componentes de la cofradía que había con el mismo nombre. Así copiaron la vesta y el capuchón, el cual iba caído en señal de duelo. Le pusieron los escudos y símbolos de la cofradía y en el año 1947 salió por primera vez toda la cofradía con vesta de la cual salía una gran cola, de la misma tela, que arrastraba por el suelo, cola que sería sustituída, por una capa dorada, a principios de los 70.

Fue este año Hermano Mayor D. Bartolomé Vallés de los 40 cofrades que la formaban.

Desde 1961, es costumbre entregar al Hermano Mayor un pergamino que durante estos años han sido elaborados por los artistas José Núñez, Manolo Boix y Joan Arocas.

Con el paso del tiempo y para evitar los problemas que suponía llevar la imagen, en el año 1966 se hicieron carro y ruedas, obra de Octavio Ruiz, siendo el faldón cosido por las mujeres de la cofradía; más adelante, se hicieron los faroles de acompañamiento a la bandera.

 En el año 1970, se suprimió la cola cambiándola por una capa de color oro.

En el año 1971 por decisión de la junta de la cofradía – pensando en el ahorro que supondría por el excesivo precio que cobraban las bandas de tambores y cornetas – se compraron dos tambores, un bombo grande y otro pequeño (este último para Voro, el que sería jugador de 1ª División y de la Selección Nacional de Fútbol y hoy en día, delegado del Valencia C.F SAD), y se consiguieron dos tambores más y otro bombo que eran de la OJE (Organización Juvenil Española). La iniciativa duró hasta 1974 y la banda estaba compuesta  por Vicente Boix Miquel (cap.), Vicente Boix Pérez (tambor), Francisco Boix Vallés (tambor), Francesc Xavier Cebrià Marqués (tambor), José Aguado Marco (tambor), Enrique Ferragut Boix (bombo), José Marín Valero (bombo) José L. Vallés Martínez (bombo) y Salvador González Marco -Voro- (bombo pequeño).

(En el año 2001 se recuperará la banda de tambores).

En 1971 en conmemoración del 25 aniversario se hizo un nuevo tabernáculo («anda»).

Desde entonces y hasta ahora, los Hermanos Mayores  han contribuido de una forma u otra a mejorar la cofradía y a enriquecer la imagen de nuestra Virgen.

Año 1987, nuestro Hermano Mayor D. Francisco Boix Vallés regala a nuestra Virgen una nueva aureola en plata adornada con estrellas.

Entramos en 1988 en el cual, la familia Nogales – Espert, viste con un nuevo traje bordado en oro a la Imágen de la Cofradía

En el año 1994 se renueva por segunda vez el tabernáculo. Varios miembros de la Junta de aquel año fueron los encargados de su construcción.

Llegamos al año 1996, celebrando las Bodas de Oro de la refundación de la cofradía. (1946 – 1996)

La conmemoración del 50 aniversario de la cofradía en el año 1996, corresponde al tiempo en que ésta empezó a ser reglada, es decir, el inicio de su resurgimiento. Resurgimiento donde, además de su carácter eminentemente religioso, conviven otras expresiones de trascendencia social y cultural.

La Cofradía organiza una exposición en la Ermita de Sant Antoni, para conmemorar esta celebración. Además se entrega a cada uno de los cofrades, un pin de plata con el escudo de la misma.

La familia Trescolí – Arnandis sufraga en este año, siendo Hermano Mayor D. Mariano Trescolí Vallés, la restauración de la imagen, realizada por la licenciada en restauración Marta Contel, la cual facilita el siguiente informe:

Imagen realizada en madera policromada y escayola. Con la finalidad de llevar vestimenta, sólo se ha trabajado el rostro, las manos y los pies; el resto del cuerpo esta modelado en escayola.

De estilo realista tiene una gran expresividad, excelente factura y un intenso conocimiento del natural.

Se encuentra de pie y sostiene en las manos la corona de espinas de Cristo y tres clavos. En los pies lleva sandalias ligeras, uno de ellos más avanzado dotándola de movimiento.

El rostro, de un intenso dolor, está ligeramente inclinado dirigiendo la mirada hacia la corona de espinas.

El resto del cuerpo, realizado en escayola, presenta un modelado suave, insinuando un vestido de una pieza. Los brazos móviles desde la articulación del codo para facilitar poder vestirla.

Estado de conservación:

La imagen requería una intervención urgente, porque la película pictórica tenía adherencia en muchos sitios, provocando desprendimientos y agrietamientos.

Como consecuencia del movimiento de contracción y dilatación de la madera, la imagen presenta diversas grietas, algunas de ellas bastante considerables.

Los pies y las manos, han sido los más deteriorados por el fragmento de las vestiduras y de la corona de espinas, provocando desgastes, raspaduras y desprendimientos en la superficie pictórica, dejando al descubierto la preparación y el soporte leñoso.

También presentaba grandes defectos en el dorado y en la policromía, además de grandes grietas en toda la superficie y en la unión con los pies de la imagen los cuales hacían peligrar la adhesión a la peana.

En el año 1999 y coincidiendo con la exposición provincial de la Semana Santa en L’Alcúdia, de nuevo, la familia Nogales – Espert lleva a cabo la restauración de nuestra centenaria bandera (1895)

En el año 2000, la junta decide hacer nuevos cirios para la cofradía al creer que los antiguos estaban ya desfasados.

Durante el año 2001, se recupera la banda de tambores, perdida desde 1974, adquiriendo nuevos instrumentos pues los antiguos siguen desaparecidos. 

Llegamos al año 2004, hemos conseguido comprar un local, en la calle Santa Rosa de L’Alcúdia, que será utilizado como Sede Social de la Cofradía. Agradecemos a todos los cofrades su colaboración, pues sin ellos no se podría haber llevado a cabo.

Este mismo año, 2004, la familia Martínez – Bría regala el estandarte confeccionado para la Banda de Tambores de la cofradía.

En 2010, la familia Nogales – Espert, confecciona un nuevo vestido para nuestra imagen que vestirá el día de Pascua de Resurrección.

Además realizan un donativo para el proyecto del palio que, desde hace tiempo, tratamos de adquirir.

En el año 2011, nuestra Hermana Mayor Dña. Amparo Nogales vuelve a hacer un importante donativo para la cuenta del palio. Con esto más lo que han aportado dos familias de la cofradía, la junta acuerda llevar a cabo la ilusión de muchos años.

Llegamos al 2012, un año diferente, pues por primera vez en la historia reciente de la cofradía, no tenemos Hermano Mayor y la Junta Directiva deberá encargarse de organizarlo todo.

Este mismo año, la Junta decide, por unanimidad, nombrar Presidente de Honor a D. Ángel Nogales Espert, al que se le hace entrega de un cuadro con su nombramiento acompañado de la copia del acta en la que se decidió el mismo.

D. Ángel Nogales Espert

Nuestra imagen estuvo presente en un acto organizado por la Junta Central de Cofradías de l’Alcúdia, en el que se entregaron unos pergaminos a todas las niñas que año a año han recitado los versos del día de Pascua tanto a la Virgen de la Soledad como a su Hijo Resucitado. Un acto muy emotivo donde tuvimos la oportunidad de escuchar el verso recitado a nuestra Virgen en el año 1923.

También llevamos a cabo una interesante exposición de dioramas de la Semana Santa realizados por nuestro cofrade D. Carlos Madramany.

Además de todo esto, se consigue tener el palio a punto para las procesiones de Semana Santa, siendo bendecido el Lunes Santo de este 2012, a la salida de la ermita de San Antonio Abad, antes de comenzar el traslado de la Santísima Virgen de la Soledad, por nuestro párroco D. Francisco Tomás.

El 31 de marzo de 2017 tuvo lugar la presentación del libro de la historia de nuestra cofradía, haciéndola coincidir con el 250 aniversario, contando desde que tenemos una referencia clara sobra la existencia de la misma en 1767, (que podría haber sido el 275 pues encontramos otra referencia a ella de 1742)

Nuestra Hermana Mayor de 2017, le regala una hermosa aureola a la nuestra Virgen de la Soledad.

En 2019, tras realizar otra asamblea para consultar a los hermanos cofrades, decidimos cambiar de Sede Social a una un poco más grande pues con el crecimiento de la cofradía, se había quedado pequeña. Por ello, adquirimos un local en la calle Santa Bárbara, 39 de la localidad, procediendo a la venta de la anterior.

También se confecciona la gloria del palio, sufragado por el Hermano mayor de este año, D. Estanislao Vallés.

Llega 2020, teníamos previsto inaugurar la nueva Sede pero debido al confinamiento, tuvimos que suspenderla provisionalmente así como también la colocación de la gloria del palio.

Ya en 2022 e intentando volver poco a poco a la normalidad, el 13 de marzo tuvo lugar la inauguración de la Sede, procediendo a su bendición por D. Fernando Mañó, párroco de San Andrés Apóstol y consiliario de la Junta Central de Cofradías.

También aprovechamos para bendecir la gloria del palio que regaló D. Estanislao Vallés y que por la misma causa había tenido que aplazarse.

 2023 D. Adrià Iborra Puig dota a nuestra banda de tambores con unos bombos que necesitaba.

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Extracto del Programa de Actos de la Semana Santa de l’Alcúdia 2004 escrito por Vicent Trescolí Serrano, titulado:

Rebuscando en la historia

(Extracto del Archivo Diocesano del Arzobispado de Valencia)

PARROQUIA DE SAN ANDRÉS APÓSTOL DE ALCUDIA DE CARLET.

«COFRADÍAS DE SEMANA SANTA»

Excelentísimo y Reverendísimo Señor Obispo:

Hablo en nombre y representación de la Junta Central de Cofradías de Semana Santa. Con anterioridad al año 1936, había en esta Parroquia unas imágenes de la Pasión de Nuestro Señor, procedentes en su mayoría, si no en su totalidad, del antiguo convento de Padres Alcantarinos. Cuando desaparecieron estos Padres Franciscanos, unas imágenes vinieron a este Templo Parroquial y otras fueron a parar a casas de vecinos piadosos que quisieron recoger como se merecían aquellas imágenes de la Pasión. Las que vinieron a esta Iglesia Parroquial fueron la Piedad, conocida en Alcudia por «El pie de la cruz», la Soledad y el Crucificado. Las que la piedad de los vecinos recogieron fueron: el Ecce Homo, el Santo Sepulcro y el Nazareno. Talla esta última que, con la Piedad y la Inmaculada, se debían al cincel de Esteve.

De las imágenes radicadas en este Templo, había sendas cofradías, cuyos cofrades acudían en su totalidad a la procesión del Santo Entierro los Viernes Santos al anochecer. Las imágenes restantes, propiedad de los que las recogieron, acudían al Entierro, pero sin haber formado cofradía.

Todas ellas desaparecieron el año 36 y terminada la guerra, los alcudianos quisieron volver a tener su Semana Santa como anteriormente, plena de unción religiosa y de solemnidades. Y comenzaron a formarse las actuales Cofradías. Unas, completamente nuevas y otras, continuación de las ya existentes. Las anteriores al 36 son: la del Pie de la Cruz, con 100 cofrades; la de la Santísima Virgen de la Soledad, con 70 y la del Santísimo Cristo con otros 70. Las fundadas con posterioridad a 1936 son: la Oración de Jesús en el Huerto de los Olivos con 100 cofrades aproximadamente. La de la Flagelación del Señor con otros tantos. La del Nazareno con unos 70 y la del Santo Sepulcro con unos 50 aproximadamente, sumando un total aproximado de 500 cofrades. 

Y con el fin de coordinar los esfuerzos de cada una de ellas, se creó la Junta Central de Cofradías, que aúna y agranda iniciativas. Una de estas fue el PREGÓN de la Semana Grande, que en la mañana del Domingo de Ramos abre las solemnidades religiosas. Entre los PREGONEROS, unos ya fallecidos, como D. Vicente Calvo Acacio y D. Lorenzo Millo, y otros todavía entre nosotros, como el Canónigo ilustre de esta, D. Luis Casanoves Arnandis, el Reverendo. D. Ismael Martínez Casanoves, el Presidente de la Asociación Católica de Maestros, D. Vicente Hervás Martínez, y otros alcudianos cuya relación escapa a nuestra memoria, terminando el pasado año con D. Martín Domínguez Barberá. 

Otra es la Misa de Aleluya que, tras un Encuentro solemnísimo, se celebra el Domingo de Resurrección, como fin de la Semana Grande. 

Estos son a grandes rasgos, Excelentísimo Señor, las actividades de la Junta Central de Cofradías de Semana Santa de Alcudia de Carlet. 

ARCHIVO DIOCESANO ARZOBISPADO DE VALENCIA. Sección VIII-Fondos Parroquiales. Fondo VI- Visita Pastoral / 39

El texto precedente es un memorándum depositado en el Archivo Diocesano del Arzobispado de Valencia. Aunque no tiene fecha de expedición, sabemos que se emitió en el año 1963, tal y como se deduce por la noticia de que se envió al Arzobispado el año siguiente que D. Martín Domínguez Barberá fuese el encargado de hacer el pregón de la Semana Santa, siendo el emisor, presumiblemente, el presidente de la Junta Central de Cofradías que, en aquel año era D. Rodrigo Ortiz Martínez.

El interés de este escrito recae en que, además de informarnos sobre las celebraciones de la Semana Santa antes de la Guerra Civil, puede ser el causante -involuntariamente- de un error, por otra parte comprensible, respecto a la fecha en que a nuestro pueblo se inició la costumbre de hacer las tradicionales procesiones de penitentes.

De la lectura del documento se desprende que la Semana Santa alcudiana, tal y como la celebramos ahora, podría haber comenzado después de la desamortización de Mendizábal (1835) cuando llegaron a la Iglesia y a manos de particulares las imágenes veneradas en el convento Alcantarino de Santa Bárbara. Sin embargo, hay al menos dos datos documentados que  nos permitirían atrasar en un siglo estas celebraciones.

En primer lugar hay el testamento de Roc Gomis, labrador, fechado el treinta de marzo de 1767 donde dice:

«Mando y lego la vesta y el derecho que tengo de llevar a Nuestra Señora de la Soledad en las procesiones del Viernes Santo y el Domingo de Pascua a favor de Antonio Gomis, mi sobrino»

El segundo es el comentario que se hace de una Demanda de Nuestra Señora de la Soledad a la Visita Pastoral de 1742 conservada en el Archivo Parroquial de L’Alcúdia, donde además, se nos indica la participación de sus cofrades en la procesión del Viernes Santo.

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Por tanto, esta fecha, de 1742, es la primera de la que tenemos noticia de la Cofradía y sus cofrades participando en procesión. No obstante, hemos mal-denominado refundación al regreso de la Cofradía después de la Guerra Civil Española aunque sólo dejó de existir durante unos 10 años (1936 – 1946), guerra en la cual los republicanos quemaron la imagen de Nuestra Señora de la Soledad, entre otras de las que se encontraban en el Templo de San Andrés Apóstol de l’Alcúdia, así como también desapareció toda la documentación de la Cofradía hasta esa fecha. La Cofradía de la Santísima Virgen de la Soledad de l’Alcúdia agradecerá toda aquella información que puedan aportar sobre la misma.

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La Semana Santa Alcudiana, presenta aspectos particulares como son: Una alta participación de la mujer, determinados aspectos lúdicos y una gran rivalidad entre nuestros grandes artistas pintores, de los cuales L’Alcúdia tiene la suerte de poder contar, para realizar el pergamino de cada cofradía.

Todos estos aspectos son el reflejo de una realidad social de nuestro pueblo al cual nosotros, contribuimos de una forma directa, tanto los que son cofrades como los que no lo son.

Desde aquí queremos dar las gracias a todos los que han colaborado a lo largo de todos este tiempo para que nuestra cofradía siga creciendo año tras año.

Historia recopilada de:

F. A. Martínez i Gallego

C. Porta i Osca

V. Trescolí i Serrano

Cofrades de la Cofradía de la Stma. Virgen de la Soledad

Recopilación y traducción al castellano: H. Marqués i Roig

(Esta recopilación de la Historia de la Cofradía de la Santísima Virgen de la Soledad de L’Alcúdia, puede estar, involuntariamente, sujeta a errores, de los cuales atenderemos con gusto cualquier comentario o rectificación desde nuestro correo electrónico)